jueves, 24 de noviembre de 2011


No intento señalar a nadie sobre los pecados cometidos, no he proclamado nunca la libertad y nunca lo haré. Cansado de ser el pecador número 2, después de Satanás, me largué a otras tierras. No está entre mis hobbies explicar el motivo de mi huida, ni tampoco el echarte tanto de menos. Puedo hacerme una idea de la vida después de esto, tengo un pequeño diseño del largo camino que me tocará recorrer, lo admito ahora, estoy en un buen lío.
He conocido a todo tipo de personajes de películas, actores, actrices, actores secundarios, asesinos en serie, y bueno, a ella por supuesto. Ahora señoras y señores, ladies and gentlemen, vagabundos y vagabundas, por qué no, proclamo el inicio de un nuevo segundo de gloria, comparable al momento en el que Luther King pidió los derechos de la gente negra. ¿El por qué de ese segundo de gloria? Porque simplemente todos hemos sido capaces de llegar a dónde estamos por nosotros mismos.
Ellas, a estudiar medicina, la otra, a mantener la familia unida, la otra, a llegar a lo más alto, la otra, no, la otra no sé a dónde va pero alucino con ella, ellos, a no bajar el nivel, el otro, a lograr la felicidad, y los otros dos, pues ni idea dónde acabarán. Ahora me paro un momento, me arrodillo y doy mis más sentida enhorabuena porque habéis logrado lo propuesto.

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